lunes, 26 de enero de 2015

Cancer de cervix

Cáncer de cuello uterino
Es el cáncer que ocurre en la porción del útero que está unida al extremo superior de la vagina. El 90% de los cánceres cervicales se originan de las células planas o "escamosas" que cubren el cuello uterino. La mayoría del 10% restante se origina en las células glandulares secretoras de moco ubicadas en el conducto cervical que conduce al interior del útero.
Causas, incidencia y factores de riesgo 
El desarrollo del cáncer cervical es un proceso gradual que comienza como una condición pre-cancerosa llamada displasia. A este nivel es 100% tratable y, por lo general, no se necesita practicar una histerectomía.
La displasia, dependiendo de su severidad, puede resolverse sin tratamiento, particularmente en mujeres jóvenes. Sin embargo, con frecuencia evoluciona hasta un verdadero cáncer, llamado "carcinoma in situ" (CIS) cuando todavía no se ha extendido, o "microinvasivo" cuando lo ha hecho sólo unos pocos milímetros hacia el tejido circundante, sin haber penetrado en los vasos sanguíneos ni los canales linfáticos. Puede tomar muchos años para que la displasia se convierta en carcinoma in situ o en cáncer microinvasivo, pero una vez que se presenta este proceso, el cáncer se puede extender rápidamente hacia el interior de los tejidos vecinos y hacia otros órganos como vejiga, intestinos, hígado o pulmones.
Por lo general, las pacientes con cáncer cervical no experimentan problemas hasta que la enfermedad ha avanzado y se ha diseminado. Un frotis de Papanicolau puede detectar la displasia y las formas iniciales de cáncer cervical que aún no se ha diseminado. La mayoría de las mujeres diagnosticadas en la actualidad con cáncer cervical nunca se han hecho el frotis de Papanicolaou o no se les han hecho seguimiento después de tener un frotis anormal.
Los factores de riesgo para cáncer cervical son:
Infección con el virus que causa las verrugas genitales (virus del papiloma humano o VPH) que puede aumentar el riesgo de desarrollar displasia y cáncer posteriormente. Afortunadamente, no todas las mujeres que han tenido una infección con el VPH o verrugas genitales desarrollan cáncer de cuello uterino. Se consideran que otros factores como el fumar pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino en aquellas que han tenido VPH.
Inicio temprano de las relaciones sexuales.
Tener varios compañeros sexuales o una pareja que a su vez tiene varios compañeros.
A comienzos de la década de los 70, se descubrió que las mujeres cuyas madres tomaron durante su embarazo un medicamento estrogénico llamado DES (dietilestilbestrol) están en riesgo de sufrir una forma rara de cáncer cervical y vaginal.
Hay un riesgo ligeramente mayor de resultados anormales en el frotis de Papanicolaou en mujeres que toman pastillas anticonceptivas. Se piensa que esto es debido a que estas mujeres son más activas sexualmente, menos proclives al uso de condones y se practican más exámenes de control para recibir la indicación de las pastillas anticonceptivas.
Están igualmente en mayor riesgo las mujeres cuyo sistema inmunológico se ha debilitado, como es el caso de las que tienen infección por VIH o las que han recibido trasplantes de órganos y están tomando medicamentos inmunosupresores.
Las infecciones por herpes genital o infecciones crónicas por Clamidia, que son de transmisión sexual, pueden aumentar el riesgo. Las mujeres pobres pueden presentar un riesgo mayor debido a que no están aseguradas o no pueden tener acceso regular al frotis de Papanicolaou.
Se cree que el frotis de Papanicolau ha reducido la tasa de mortalidad por esta enfermedad en un 70% desde cuando se introdujo en 1941. Sin embargo, se sigue diagnosticando cáncer cervical a muchas mujeres en los Estados Unidos. En el año 2000, se diagnosticó cáncer de cuello uterino en 12.800 mujeres y hubo 4.600 muertes por esta enfermedad.
En sus etapas más tempranas, el cáncer cervical es más tratable y por lo general no produce ningún síntoma. Cuando los síntomas aparecen, los más comunes son: dismenorrea, hemorragia luego del coito, luego de una ducha, después de la menopausia, flujo vaginal marrón o con sangre y persistente; puede ser oscura y con mal olor
Los síntomas de la enfermedad avanzada son: anorexia, pérdida de peso, fatiga, dolor lumbar o dolor de miembros inferiores, pérdida involuntaria de orina o heces por la vagina a través de un pasaje anormal tipo tubo (fístula) que conecta la vagina con la vejiga o el recto .
El frotis de Papanicolaou selecciona, pero no diagnostica, los pre-cánceres y los cánceres de cuello uterino. En la actualidad hay disponibles frotis de Papanicolau que son recolectados o estudiados mediante métodos especiales (ThinPrep, AutoPap, PapNet) y que pueden ser útiles en ciertas situaciones o en los laboratorios para el control de calidad.
La colposcopia es un examen del cérvix con aumento con el fin de localizar una anomalía del cuello uterino. La biopsia, la colposcopia o algunas veces el uso de laser (un electrodo de lazo) u otro instrumento permite hacer un diagnóstico.
Cuando se encuentra un cáncer cervical se utilizan exámenes adicionales como radiografías, utilizando un instrumento para ver dentro de la vejiga (cistoscopia) y el recto y colon (colonoscopia), para determinar cuánto se ha extendido el cáncer y en qué etapa está.
El tratamiento del cáncer de cuello uterino depende del tipo de cáncer, la etapa, el tamaño y forma del tumor, la edad, la salud general de la mujer y el deseo de embarazos futuros.
En las etapas más tempranas, la enfermedad es curable con la remoción o destrucción de los tejidos pre-cancerosos o cancerosos. Con frecuencia, esto puede hacerse de varias maneras sin extirpar el útero ni dañar el cuello uterino, para que la mujer pueda seguir siendo capaz de tener hijos.
En otros casos, se realiza una remoción simple del útero (histerectomía) con o sin extracción de los ovarios. En casos más avanzados, puede realizarse una histerectomía radical para extirpar el útero y mucho de los tejidos circundantes, incluyendo los ganglios linfáticos internos. En la cirugía más extrema, denominada una exenteración pélvica, se retiran todos los órganos de la pelvis, incluidos la vejiga y el recto.
Es posible utilizar la radioterapia y la quimioterapia para tratar los casos en que el cáncer se ha diseminado más allá de la pelvis. Hay dos tipos de tratamiento con radiaciones: en uno se coloca un instrumento cargado con pastillas radioactivas en la vagina, cerca del cáncer y se conserva en el sitio durante un cierto período de tiempo y, en el otro, un dispositivo externo que irradia las áreas a tratar durante las visitas al radioterapeuta. En lo que a quimioterapia se refiere, se utilizan diversos medicamentos o combinaciones de ellos. En algunas ocasiones, se utiliza radiación y quimioterapia antes o después de la cirugía.
Pronóstico
Hay muchos factores que afectan el resultado de un cáncer cervical, de los cuales los más importantes son: tipo histológico de cáncer, etapa de la enfermedad, edad y condición física.
Los índices de supervivencia de 5 años (número de personas vivas durante al menos 5 años) para las mujeres con cáncer cervical con un tratamiento apropiado son aproximadamente los siguientes:
80 a 85% para tumores limitados al cuello uterino y al útero
60 a 80% cuando se ha extendido a la parte superior de la vagina
30 a 50% para tumores que llegan más allá del cérvix y la parte superior de la vagina pero que aún están en la pelvis
14% cuando el cáncer ha invadido la vejiga o el recto o se ha diseminado más allá de la pelvis
Sin tratamiento o cuando el tratamiento falla, el cáncer cervical es mortal en un lapso de 2 años para aproximadamente un 95% de las mujeres.
Las mujeres de vida sexual activa que no se han realizado un frotis de Papanicolau en el último año, las que tienen al menos 20 años de edad y nunca han tenido un examen pélvico ni un frotis de Papanicolau, las que creen que su madre puede haber consumido DES durante su embarazo o las que no han tenido frotis de Papanicolau como se recomienda a continuación:
Cada año inicialmente y para mujeres de más de 35 año. a) Cada año para las mujeres que han tenido compañeros sexuales múltiples o antecedentes de VPH o verrugas genitales. b) Cada año para las mujeres que están tomando anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas. c) Cada 2 a 3 años para mujeres hasta de 35 años que han tenido 3 frotis de Papanicolau consecutivos negativos o d) para mujeres que han tenido una histerectomía por motivos no relacionados con el cáncer (si de otra manera están en bajo riesgo). Hacerlo con la frecuencia recomendada después de un frotis de Papanicolau anormal
Hay dos maneras de prevenir el cáncer cervical: la primera es prevenir las infecciones con VPH y la segunda es hacerse regularmente el examen de Papanicolaou para detectar las afecciones precancerosas y el VPH, ya que ambas pueden tratarse para detener la progresión hacia un cáncer cervical.
El frotis de Papanicolau es muy efectivo para detectar cambios precancerosos del cuello uterino, pero parte de su efectividad depende de que se lo realice regularmente porque, con frecuencia, uno sólo NO mostrará ninguna célula anormal aún ante la existencia de una displasia o cáncer. Si el cuello uterino parece anormal, por ejemplo, un frotis con resultado normal no debe ser considerado suficiente.
Los pre-cánceres son totalmente curables cuando se les hace el seguimiento apropiado. La supervivencia de los casos de CIS y aún de los microinvasivos es muy cercana al 100%. Pero las posibilidades de supervivencia después de 5 años descienden significativamente si el cáncer logra avanzar a los tejidos circundantes, la vejiga, el recto y a otros sitios distantes.
Para reducir las posibilidades de cáncer de cuello uterino, las menores de 18 años de edad deben evitar la actividad sexual o utilizar condones. La infección con VPH produce verrugas genitales que pueden ser escasamente visibles o de varias pulgadas de diámetro.
Si una mujer ve verrugas en los genitales de su compañero sexual debe evitar la relación sexual. Se han desarrollado vacunas contra el VPH y se están probando, pero es muy pronto para saber si dichas vacunas ayudarán a reducir el riesgo de cáncer cervical. Para reducir más el riesgo de cáncer de cuello uterino, la mujer debe limitar su número de compañeros sexuales, evitar los compañeros promiscuos y suspender el consumo de cigarrillo.
Biopsia cervical

Neoplasia cervical

Cáncer cervical


 

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